domingo, 25 de noviembre de 2007

10. PRODUCCIÓN FORESTAL

Los bosques en la vida de México han retenido y seguirán teniendo enorme importancia por los múltiples beneficios que de ellos se derivan. Si se trata de analizar algunas de las funciones más importantes de los bosques en el desarrollo social de México, se tendrían que mencioanr cuando menos las siguientes:
a) Son fuente de materia prima.
b) Generan fuentes de trabajo.
c) Regulan y protegen el suelo, el agua y la fauna solvestre.
d) Son zonas de investigación científica.
e) Son lugares de recreación y esparcimiento.
De las regiones tropicales se obtienen:
- Maderas preciosas de caoba y cedro rojo (para muebles).
- Madera de sombrerete para durmientes, puentes y vigas.
- Goma de mascar (chicle).
CONCLUSIONES
1. Encontrar las verdaderas causas que generan el proceso de subdesarrollo no es fácil, y se ha convertido en el objetivo más importante para los científicos sociales de los países atrasados.
2. Conocer el panorama agrícola de México basta para saber la situación política y económica en que se encuentra nuestro país, de ahí que se considera que la agricultura aún se encuentra en un proceso de desarrollo lento.
3. En el tratamiento de la reforma agraria se sostiene que si no ha logrado entregar tierra a todos los campesinos, se debe al crecimiento demográfico.
4. En cuanto al creciente problema de la desocupación y subempleo de la mano de obra rural, se cae en las tendencias neomalthusianas. Sin embargo, se puede admitir que el acelerado crecimiento demográfico es la causa del “desajuste” con el ritmo de aumento del producto nacional.
5. Aunque México ocupa una posición muy modesta comparada con otros países en cuanto al uso de maquinaria agrícola, cabe recomendar que se evite la introducción de maquinaria cuya única finalidad sea ahorrar mano de obra. No son las máquinas las culpables de la carencia de empleo, sino la forma en que se organiza la producción.
6. Uno de los problemas centrales de la agricultura mexicana consiste en que, a pesar del importante desarrollo que ha tenido durante los últimos 40 años, no ha logrado resolver el problema de la elevación de los niveles de vida de la mayor parte de la población campesina. Mientras no se cambien las costumbres nocivas del campesino, como su tendencia al monocultivo, su alcoholismo consuetudinario y su sentido equivocado de la economía – que dilapida en fiestas los jornales - , no podrá solucionarse en sus raíces el problema agrícola.
7. El número de personas sin tierras y con tendencia creciente a ser desempleadas, crece más si se toma en cuenta que “la magnitud y el ritmo del desplazamiento rural exceden a la capacidad de absorción de los sectores no agrícolas, creando una situación excedente de mano de obra” (megalópolis).
8. Es urgente dirigir la acción pública preferentemente hacia la investigación y extensión agrícola, la construcción de obras hidráulicas, pozos y bordos, y promover además la organización auténtica, primordialmente en beneficio de los campesinos pobres.
9. La acción pública debe orientarse hacia el sector agrícola, por ser a la vez dinámico y el más rezagado. Se considera dinámico en términos del crecimiento agrícola global de largo plazo, y rezagado en términos del bienestar socioeconómico de la mayoría de los campesinos mexicanos. Además, en años recientes se ha advertido una disminución del ritmo de crecimiento agrícola, sin que pueda precisarse la medida en que este descenso pueda deberse a factores climáticos adversos o a otras causas.
10. México, contrariamente a otros países, cuenta con diversos recursos naturales, pero por falta de conocimiento y cultura no ha logrado utilizarlos al máximo y con el debido control, por lo que ha ocasionado la extensión de muchas especies animales, de las que se desconoce su beneficio tanto nutritivo como económico.
11. Los esquemas desarrollistas deberían abandonarse porque tienden a agravar el problema agrícola. Se requiere adoptar una nueva estrategia en la que se otorgue prioridad no al campo en general, sino a los agricultores tradicionales y de subsistencia, que son los que más requieren una nueva política agrícola de bienestar popular.
12. Convendrá frenar la inversión indiscriminada y asignarla prioritariamente al sector anotado en el punto anterior para superar las causas fundamentales de la pobreza: falta de agua, minifundio y estancamiento tecnológico; para apoyar asimismo el mejoramiento de semillas, del agua y el empelo de fertilizantes, es decir, los aspectos que absorben más mano de obra, abandonando de este modo el “modelo de desarrollo agrícola estadounidense”, que pone en desventaja al minifundio y que tiende a desplazar la mano de obra.
13. La mayoría de los agricultores poseen tierras con características de minifundio, ocupando 0.6% de las tierras productivas y representando 95% de los agricultores; éstos son los de mayor productividad, pero como no gozan de beneficios productivos.
14. Está demostrado que los buenos propósitos no siempre han coincidido con los resultados reales de la política económica seguida en el pasado; está también demostrado, en el caso particular del crédito agrícola, que cuando hay mejores opciones para su asignación que la de beneficiar a “burocracias privadas” o la de mantener la miseria campesina, lo más conveniente es combatir previamente la corrupción y emplear, en ocasiones específicas, subsidios en vez de créditos, por la cantidad neta que recibe el campesino en definitiva.
15. Por último, México ha carecido en 100 años de una política agraria, pero ahora, con el nuevo cambio de sistema político, se espera que el sector agrícola sea impulsado y beneficiado, abriendo oportunidades a los campesinos para exportar sus productos a otros mercados.

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